29 de marzo de 2012

Miley Cyrus... ¿de verdad te casas?






Está claro que la primavera la sangre altera. Porque no es ni medio normal la cantidad de embarazos, bodas repentinas, desamores, cuernos y rupturas que estamos teniendo en tan poco tiempo. Llega el buen tiempo y con él las hormonas se nos ponen a pegar brincos de un lado a otro del jardín. Y claro, Miley Cyrus otra cosa no pero hormonas tengo entendido que gasta unas cuantas así que cuando hemos escuchado por ahí que igual la nena se decide a dar el “sí, quiero”, tampoco es que nos hayamos llevado las manos a la cabeza.

¿Las razones? Pues primero que, después de trabajar como uno lleva trabajando aquí tanto tiempo, resulta difícil asustarse por algo como esto. La verdad es que estamos curados de espantos y ya no hay nada que nos tire de espaldas. Segundo porque si yo tuviera a Liam Hemsworth durmiendo al lado de mi cama, también me plantearía muy seriamente no enfundarme un vestido de boda y montarme mi propio cuento de hadas con este maromo.
Y tercero, porque hace unos días Miley Cyrus aparecía sobre la alfombra roja con una gran sonrisa en la cara y un anillo de diamantes más grande todavía en el dedo anular de la mano izquierda. El anillaco en cuestión ha sido valorado en 37.000€ y la verdad que yo no lo veo como uno de esos caprichos que a una le regala el novio cuando viene de trabajar y le da un beso en la mejilla mientras come. Pero oye, quien sabe, que estos famosos a veces tienen unas costumbres que nosotros el resto de mortales apenas alcanzamos a vislumbrar.

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